
La maternidad es una crisis vital y evolutiva que puede activar conflictos del pasado. Las madres atraviesan esta crisis dependiendo de su historia de vida, estructura de personalidad, situación actual, identificación con su madre, comportamiento del bebé y adaptación de la familia al momento de la llegada del bebé.
Las madres pueden activar conflictos infantiles de forma involuntaria que pueden dar lugar a fantasías o miedos, interfiriendo en su estado físico y psicológico, así como en el establecimiento de un vínculo seguro con su hij@, ya que las vivencias traumáticas de la infancia son resignificadas ante la llegada del bebé. Estos conflictos pueden ser: duelo, trastorno y maltrato infantiles (maltrato psicológico o físico, negligencia, abandono en el cuidado y abuso sexual).
La madre se imagina a su bebé según patrones transgeneracionales, incorporando los recuerdos y vivencias de los cuidados maternos como madre y como hija de sus padres. Es posible que fruto de esos patrones transgeneracionales de cuidado materno surja la idea de un bebé que no fue protegido, con unos padres no accesibles que no ofrecieron seguridad y defensa frente al abuso. Esto puede hacer resurgir sentimientos de indefensión e incapacidad de control de la situación. Puede que sienta a su bebé expuesto como lo estuvo ella, proyectando sus deseos y fantasías inconscientes de no protección y de incertidumbre.
La vulnerabilidad psicológica de las supervivientes aumenta en el momento de la maternidad ya que, es posible que se reactiven las vivencias traumáticas que no se hayan podido elaborar: Conflictos entre el bebé que imaginamos y el real, angustia frente a la reactivación del abuso sexual infantil, transmisión transgeneracional e intergeneracional de experiencias traumáticas infantiles…
La reactivación de los conflictos infantiles puede interferir en el desarrollo de un vínculo sano y seguro, abriendo la posibilidad de desarrollar distintos trastornos de apego. En este sentido, la relación entre madre-hijo es determinante en el desarrollo de un vínculo seguro y, en el caso de la reactivación del conflicto infantil durante la maternidad, se pueden producir trastornos reactivos de la vinculación en la infancia, que se pueden manifestar como omisión de conductas de consuelo o insuficiencia en el cuidado, rechazo y abandono por la angustia que se activa en la madre.
Y es que convertirse en madre conlleva una serie de cambios y vivencias a nivel biológico, psicológico y social que se activan automáticamente, pero también representa una oportunidad para prepararse física y psicológicamente. Esta crisis vital y evolutiva que algunas madres atraviesan se puede superar al enfrentarse a su historia personal. Porque la cadena del maltrato se rompe en el eslabón más fuerte.
Con cariño,
Vanessa.
Cabezas, A. (2011) La Reactivación de Abuso Sexual Infantil en la Maternidad. Psicoanálisis XXIII, volumen (2), 59-67.